Chico mirando por la ventana y apuntando en un cuaderno

10 propósitos de cuidado para 2025

Comienza un nuevo año. Poco a poco, empezamos a despedirnos de la Navidad, nos quedamos con el recuerdo de lo vivido y colocamos el calendario en un lugar visible para que empiecen a avanzar las hojas. Haremos círculos o anotaciones en algunas de esas fechas para destacar cumpleaños, compromisos, citas, viajes… Con todo un año por delante, es el momento de preguntarte cómo quieres vivirlo y disfrutarlo. Cómo te vas a cuidar, con quién vas a compartir tu tiempo o qué novedades quieres incorporar en tu día a día son algunos de los propósitos de año nuevo que tal vez estén ya rondando tu cabeza. Para ayudarte a dar el primer paso, compartimos contigo 10 iniciativas de cuidado que puedes poner en marcha en 2025. Cuidados para ti, para los tuyos y para el entorno que te rodea. ¿Te animas a dar el primer paso?

Foto: Freepik

1. Dar prioridad al autocuidado

Cuidar empieza por ti, sobre todo si tienes a tu cuidado a otras personas. Hay muchos pequeños gestos que pueden ayudarte a ejercitar el autocuidado en el día a día, y es importante reservar tiempo para ello a lo largo de cada jornada. Puede ser una comida especial, buscar tiempo para una actividad de ocio que te guste especialmente, un momento de lectura, escuchar música, meditar… Se trata de atender nuestras necesidades fomentando el autocuidado con espacio para esas pequeñas acciones o recompensas que pueden ayudarnos a recargar nuestra energía y motivación.

 

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2. Activar el cuerpo y la energía

Practicar ejercicio puede ayudarnos a mejorar el bienestar físico, pero también el emocional. Desde la incorporación de pequeños gestos, como ir andando al trabajo o no coger el ascensor y optar por las escaleras, hasta practicar una rutina de ejercicio diario o comenzar la práctica de un deporte en equipo. Estos espacios de cuidado físico pueden ser también la ocasión de pasar tiempo con amigos y personas cercanas, o la oportunidad para ampliar una red social con intereses comunes. Además, existe también la posibilidad de añadir un componente solidario al deporte y multiplicar su impacto positivo en tu vida y en la de otras muchas personas.

 

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3. Saborear los beneficios de una buena alimentación

Mantener una alimentación saludable y equilibrada es el primer paso, pero disfrutar del proceso también forma parte de un buen cuidado. Busca un momento para recopilar esas recetas de tu abuela que son ya parte de la historia familiar; si tienes niños en tu entorno, dedica alguna tarde a preparar juntos algún plato rico y nutritivo o disfruta investigando nuevas recetas y sabores. Cuidar la alimentación no es solo cuestión de elegir los ingredientes o el menú adecuado, también disfrutar de tiempo para degustarlo y compartir con las personas que más quieres.

 

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4. Cuidar de tu entorno y del medio ambiente

¿Alguna vez has pensado cómo impactan en el cuidado del medio ambiente las pequeñas decisiones o gestos de nuestra vida cotidiana? Reciclar y reutilizar ayudan a mejorar el entorno en el que vivimos y a cuidar de la naturaleza. Poner en práctica el trueque con amigos y familiares u optar por la segunda mano, también contribuye a reducir la contaminación. Piensa en esos objetos a los que puedes darle un nuevo uso, haz compost para tus plantas o tu huerto con los restos orgánicos que generas o desarrolla tus habilidades de costura para darle una segunda vida a tus prendas más antiguas. Cuidar de lo más pequeño, nos puede hacer muy grandes.

 

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5. Apagar las pantallas para reconectar con la vida

Vivimos en un mundo lleno de estímulos digitales que pueden llegar a afectar a nuestro bienestar físico y emocional. Practicar la desconexión digital poniendo un límite al tiempo que pasamos frente a las pantallas nos permite disponer de más ocasiones para el autocuidado y para reconectar con las personas más importantes de nuestra vida. Cuando sea posible, cambia los mensajes por los encuentros en persona y disfruta del aquí y ahora.

 

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6. Explorar nuevos horizontes

El comienzo de un año es la oportunidad para marcar nuevos objetivos e iniciar el aprendizaje o la práctica de alguna afición, actividad, voluntariado o formación profesional ilusionante. Estos proyectos hacen posible no solo ampliar tus horizontes y conocimientos, sino también tu círculo social. Para algunas personas, ésta puede ser además una oportunidad para paliar la soledad no deseada, una situación que afecta a personas de todas las edades en nuestra sociedad.

 

 

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7. Practicar la solidaridad en los cuidados

Tenemos muchas formas de poner en práctica unos cuidados solidarios. Desde tu entorno más cercano, brindando compañía y apoyo en tu vecindario, a tus amigos y familiares. Pero también podemos acercarnos a organizaciones sociales o asociaciones de pacientes que desarrollan programas de voluntariado más específicos donde colaborar con nuestros cuidados en función de nuestra situación y disponibilidad. ¡Todos los cuidados suman!

 

 

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8. Rodearse de buenas energías

Según datos de un estudio de la Universidad de Harvard sobre la felicidad humana, las personas que tienen más relaciones sociales estables y saludables, viven más felices y durante más tiempo. Reservar y pasar tiempo con aquellas personas que te cuidan y te estimulan, beneficia tu bienestar físico y emocional. Todos, en cualquier momento de la vida, necesitamos cuidados. La amistad y los cuidados, no tienen edad.

 

 

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9. Descansar más y mejor

El tiempo y la calidad de tu descanso puede determinar en gran parte cómo afrontas el día a día y los retos que se te presentan. Mejorar los hábitos de sueño y establecer límites saludables aprendiendo a decir ‘no’ cuando necesites priorizar tu cuidado, ayudará a mejorar tu bienestar. Si, además, eres una persona cuidadora, puedes contar con el apoyo de los programas de respiro familiar o las ayudas y prestaciones para personas dependientes o con discapacidad en tus tareas de cuidado.

 

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10. Agradecer cada día

Diversos estudios han demostrado que mostrar gratitud puede hacerte sentir más felicidad, ayudarte a reducir el estrés y mejorar tu salud en general. Existen muchas formas de introducir este hábito en el día a día: comienza un diario en el que anotes un motivo por el que sentirse agradecido, escribe un mensaje o una carta a las personas a quienes quieres agradecerle sus cuidados y anota frases que activen tu sentimiento de gratitud para leerlas de vez en cuando. Para ayudarte a iniciar esta nueva rutina puedes descargar e imprimir el Calendario Cuidopía 2025 y utilizar el espacio de notas para escribir tus agradecimientos.

 

 

Muchas gracias por leer este artículo y… ¡cuídate!
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“Me hice Trabajadora Social porque buscaba cierta justicia social”

“Yo amo el Trabajo Social”. Hace 33 años que Mª Concepción Vicente es trabajadora social. A lo largo de su trayectoria profesional ha conocido de cerca el trabajo en el ámbito de la salud mental, en el área hospitalaria como Jefa de servicio en el Hospital Universitario Gregorio Marañón y como docente en la Universidad Complutense de Madrid. Su trabajo es fundamental para facilitar y asegurar la protección de derechos y la dignidad de personas que, por diferentes circunstancias, están en una situación vulnerable.