"Hemos de aprender a vivir en sociedad de forma colaborativa y solidaria"
“Yo ya acepto que no me van a curar, pero me costaría aceptar que no me van a cuidar", decía el doctor Albert Jovell, firme defensor de la humanización en la salud. Su experiencia como médico y paciente le sirvió para desarrollar todo un pensamiento encaminado a mejorar el sistema sanitario de cara a hacerlo más humano y eficaz. En esa necesaria tarea de fomentar la humanización se encuentra también Mª Rosario Cabello, profesora de Medicina de la Universidad de Málaga e impulsora de una asignatura centrada en valores que tiene la enorme responsabilidad de formar a los futuros profesionales sanitarios.
La doctora Mª Rosario Cabello, profesora de Medicina de la Universidad de Málaga, es la responsable e impulsora de la asignatura “Farmacoterapéutica en Entornos Desfavorecidos”. Esta asignatura optativa dirigida a alumnos de quinto curso del grado de Medicina tiene como objetivo fomentar valores personales como el altruismo, el sentido del deber, la integridad y la honestidad entre otros. Un proyecto que fue merecedor del Primer Premio en la VI Edición del Foro Premios Afectivo Efectivo y del que nos cuenta más en esta entrevista.
¿En qué consiste esta asignatura optativa y cuál es su metodología?
Farmacoterapéutica en Entornos Desfavorecidos (FED) nace de la necesidad de buscar propuestas docentes innovadoras para fomentar la formación humanística y en valores y asumir, además de la misión tradicional de la Universidad de docencia e investigación, el planteamiento de una ‘tercera misión’ de responsabilidad social mediante la metodología de Aprendizaje-Servicio.
El proyecto ha sido concebido de manera participativa en estrecha colaboración con otras entidades con el propósito de mejorar las capacidades de la comunidad.
Esta iniciativa tiene tres etapas: una primera de formación del alumnado sobre salud global y determinantes sociales de salud, Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cooperación internacional, fármacos esenciales y su investigación y acceso, y sobre el desarrollo de proyectos e iniciativas de Aprendizaje-servicio; una segunda etapa de planificación, organización y puesta en marcha de estas iniciativas en Málaga o internacionales por parte del alumnado (en colaboración con Médicos del Mundo, Fe y Alegría Perú y ACOES Honduras, respectivamente); y una tercera de sistematización y difusión de las experiencias del alumnado en el desarrollo de su servicio solidario.
“Es necesaria una transición hacia un modelo más centrado en la comunidad y los valores, actualizando el estilo del cuidado de la salud”.
¿Por qué esto era una asignatura pendiente?
Las facultades de Medicina han basado su enseñanza en un modelo tradicional académico que debe actualizarse según las necesidades de la sociedad global, centrada en el paciente y su entorno y de educar en libertad en un marco democrático de derechos ciudadanos y de diversidad, no solo cultural sino también étnica y económica. Es necesaria una transición hacia un modelo más centrado en la comunidad y los valores que la sociedad demanda como la equidad, la justicia, etc., actualizando el estilo del cuidado de la salud.
Por ello, proponemos una metodología docente que permita el fomento de otra sensibilidad en el perfil profesional del médico. El Aprendizaje-Servicio apuesta por un aprendizaje en el que el estudiante se compromete con las necesidades reales de la comunidad prestando un servicio directamente relacionado con su currículo oficial de Medicina.
Medicina es una carrera vocacional pero algunos alumnos dicen que según van pasando los años en la facultad olvidan qué les llevó a estudiar esta carrera. ¿Por qué crees que sucede y cómo contribuye esta formación a evitarlo?
Según las propias palabras de los estudiantes, “se pierden entre tantos apuntes y libros”, lo que los lleva a perder el contacto con la vida real y la emoción. Olvidan qué sentimientos e inquietudes les impulsaron a elegir la profesión médica.
Mediante las experiencias que desarrollan en esta asignatura se enfrentan a realidades diferentes a las cotidianas y adquieren una visión más real del mundo del trabajo y de la salud. Se enfrentan a un entorno experiencial que nunca habían conocido, ni en la Universidad ni a lo largo de su vida.
Los estudiantes desarrollan un aprendizaje vital que les genera una conciencia universal sobre las diferencias de la condición humana y les acerca más a sus semejantes. Les da una actitud más cercana y humana frente a la vida y sobre todo a los pacientes y sus circunstancias.
“Esta asignatura me ha aportado, como persona y como futura médica, una serie de valores que no se habían tocado nunca en la carrera". Amanda, estudiante de Medicina en la UMA.
Durante esta pandemia muchos universitarios han demostrado una enorme generosidad organizándose para ayudar. ¿Crees que los universitarios, y en especial quienes cursan estudios relacionados con la atención sanitaria y los cuidados, están especialmente comprometidos con la sociedad que les rodea?
No tiene por qué ser siempre así, pero es cierto que los profesionales sanitarios son muy vocacionales y su principal objetivo es el bienestar de las personas. Esa inquietud, su generosidad y una especial sensibilidad hacia las personas y sus necesidades básicas, es la que los lleva a elegir esta profesión. Esta actitud es extensible a todas las áreas de su vida. Por ello, ante la evidencia de una carencia, surge la necesidad de actuar, de hacer algo por el que lo necesita y aportar lo que se pueda al individuo y a la comunidad.
Asumimos que los profesionales sanitarios son quienes nos cuidan, pero ¿cómo podemos los pacientes cuidarles, facilitarles su trabajo?
Este es un punto importante de reflexión y más si cabe en estos momentos de pandemia. Hemos visto ejemplos de cómo lo profesionales se desviven por atender a los pacientes hasta su propio agotamiento o enfermedad. Los demás, lo menos que podríamos hacer por ellos, es facilitarles su trabajo. En primer lugar, conociendo y reconociendo su esfuerzo. Y la mejor manera es ser responsables y seguir sus recomendaciones. Además, deberíamos ponernos en su lugar para intentar comprender lo que están viviendo. La empatía debe ser recíproca.
Ante enfermedades crónicas, y sobre todo en casos de dependencia, si no cuidamos a quien nos cuida puede aparecer lo que llamamos síndrome del cuidador, y realmente se manifiesta como una enfermedad. En el caso de nuestros sanitarios podría ocurrir algo parecido: llevarlos a la saturación y al agotamiento por la presión extra a la que se ven sometidos. De hecho, ya se están estudiando las situaciones de ansiedad que están sufriendo en esta pandemia. Es muy importante que sientan que el trabajo que llevan a cabo se ve reforzado por la actuación responsable de la población.
“Esta asignatura aporta al estudiante, acostumbrado a ir a un hospital o un centro de salud, el poder acercarse a la realidad social que existe y que, como médicos, debemos conocer y saber cómo atender”. Clara, estudiando de Medicina en la UMA.
¿Y el autocuidado? ¿Qué importancia tiene en los propios profesionales?
El autocuidado es fundamental para estar bien, pero en este caso aún más. Si alguien no está bien no puede hacer que otro esté bien y mucho menos cuidarlo. Es uno de los problemas fundamentales que se presentan cuando alguien tiene que hacerse cargo de cuidar de manera continuada, por ejemplo, a un dependiente. Pero a veces el cuidado del otro es tan urgente que dejas de lado el tuyo propio, aunque solo sea de manera puntual. Y puede que a veces el médico recomiende lo mejor a los otros y corra el riesgo de no cumplirlo.
La pandemia ha puesto de manifiesto que el afecto, la empatía, la colaboración, el altruismo y, en definitiva, los valores que impulsáis con vuestra asignatura, son lo más importante, incluso cuando la medicina no llega. ¿Crees que cuando pase todo esto habremos interiorizado esta lección?
¡Ojalá! Eso esperamos. Aunque, viendo el comportamiento que la sociedad está teniendo, a veces muy irresponsable, aún conociendo el peligro que suponen ciertas conductas para sectores de riesgo, no tengo claro que interioricemos esta experiencia.
Sí creo que quedará la constatación de que actuando individualmente nunca tendremos éxito y espero que a partir de aquí aprendamos a vivir como individuos abocados a vivir en sociedad y de forma colaborativa y solidaria, por el bien de todos. Creo que esa es la esperanza que nos queda después del sufrimiento que esta pandemia está suponiendo para el conjunto de la sociedad.
Esa forma de actuar y “cuidar” de manera colaborativa y solidaria, a los individuos y a nuestro entorno, es uno de los objetivos de aprendizaje fundamentales que nos proponemos con la experiencia en nuestra asignatura optativa “Farmacoterapéutica en Entornos Desfavorecidos” en la Facultad de Medicina de Málaga.
“Las prácticas de esta asignatura junto a Médicos del Mundo en Málaga me motivaron a seguir el objetivo por el que con 18 años empecé esta carrera: ayudar a quienes más lo necesitan”. Julia, estudiante de Medicina en la UMA.