Nos inspiran

Los pueblos pierden población fundamentalmente porque el trabajo y la formación se encuentran en las ciudades, pero también por la propia evolución de nuestra pirámide poblacional: cada vez hay más personas mayores y menos bebés. La oportunidad para muchos de los entornos rurales está ahora en su capacidad para reforzar los cuidados a su población, como muestra de una seña de identidad basada en la convivencia cercana y como herramienta frente a la despoblación.
El plan de cuidados de enfermería es la herramienta fundamental que permite evaluar de manera personalizada, en función del estado de salud, el historial clínico y la situación familiar y social, qué necesidades de cuidado tiene un paciente en cada momento. Esta hoja de ruta la establece el personal de enfermería, pero para poder ponerla en práctica es imprescindible contar tanto con la participación del paciente como de las personas cuidadoras. Como señala Ana María Piedrafita Sañudo, enfermera especialista en salud mental del área de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, “se trata de un trabajo en equipo que aborda el cuidado en todas las esferas de la vida de un paciente”.
“Me ofrecen los cuidados que necesito. Y cuando he pasado unos días malos, se han portado todos muy bien, son muy profesionales”. Carmen tiene 84 años y hace cuatro que vive en el Centro de mayores Fundomar de Bermejales (Sevilla). María, de 48 años, sin embargo, acaba de llegar: ha sido la trabajadora en incorporarse más recientemente a este centro. En octubre de 2022 comenzó su formación para obtener el Certificado de Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes gracias a una Beca Cuidopía, en el marco del programa de Acción Social de Janssen y Johnson & Johnson España. Tras varios meses de formación teórica, María completó sus prácticas en marzo de 2023 en el mismo centro donde vive Carmen, y allí mismo ha sido contratada como cuidadora profesional días después. “Este es el cambio que necesitaba. He encontrado lo que yo estaba buscando. Me gusta mucho cuidar a personas mayores”, comparte María. Este es ya el tercer año que se lleva a cabo el programa de formación de las Becas Cuidopía en Sevilla de la mano de Fundación Doña María (Fundomar) bajo la coordinación de Fundación Tomillo y con la colaboración de la Junta de Andalucía y el Servicio Andaluz de Salud (SAS). El índice de inserción laboral de las personas que se han formado en las pasadas ediciones alcanza el 70%de las iniciativas que en un sector donde cada vez hay más demanda.
Saray tiene 17 años y una vocación: cuidar. Como ella, cerca de 150 personas han podido acceder a una beca Cuidopía para obtener un Certificado de Profesionalidad que les permita acceder a un empleo en empresas e instituciones dedicadas al cuidado de personas mayores o dependientes. Además de una oportunidad laboral, tanto Saray como sus compañeras y compañeros tienen clara una cosa: formarse en cuidados no es solo una cuestión profesional, es un aprendizaje valioso para su vida personal y social.