Elisabeth Justicia

“Abordar con viñetas los cuidados hace que se valore más la realidad de las personas cuidadoras”. Elisabeth Justicia, creadora de ‘Dominga habla sola’

Elisabeth Justicia es ilustradora y técnico de integración social; pero, sobre todo, quien está detrás de ‘Dominga habla sola’, el proyecto protagonizado por una mujer mayor que destila ternura, humor, ingenio y desenfado a partes iguales. La autora, que reconoce en su propia abuela la inspiración para este personaje, ha conseguido hacer llegar a través de las redes sociales las vivencias, valores y reivindicaciones de las personas mayores en torno a distintos temas relacionados con los cuidados. En 2023 Dominga protagonizó la campaña ‘Un verano con Dominga’ cuyo objetivo es sensibilizar sobre la situación de soledad no deseada que viven muchas personas mayores en esa época del año, y durante todo 2024 su creadora ha seguido colaborando con Cuidopía a través de 12 viñetas en las que ha compartido mensajes e historias que demuestran la importancia de los cuidados y de las personas cuidadoras. Un trabajo que ahora ilustra el nuevo Calendario Cuidopía 2025 que puede descargarse gratis aquí.

Elisabeth Justicia empezó cursando estudios de diseño e ilustración, pero pronto sintió la necesidad de dotar de un enfoque social a su trabajo y completó su formación profesional como técnico de integración social. La unión de ambos mundos, y la inspiración de su propia abuela, terminó dando forma al proyecto ‘Dominga habla sola’ cuya protagonista representa a una mujer mayor. Un personaje que ha tenido un recorrido no solo en el mundo digital, donde ha llenado las redes sociales de mensajes y reivindicaciones en torno a cuestiones sociales y de cuidados, sino que ha sido también la protagonista de campañas institucionales y de organizaciones sociales. Esta labor de sensibilización y concienciación ha tenido su reconocimiento a través de distintos premios, como el que recibió la campaña impulsada por Cuidopía durante el verano de 2023, ‘Un verano con Dominga’, a la Mejor Campaña RSC de Contenido Social en la VII edición de los Premios Ocare.

En esta entrevista, Elisabeth Justicia comparte cómo es su proceso de trabajo y su experiencia colaborando con Cuidopía, con el objetivo de trasladar a sus viñetas la importancia de los cuidados y de las personas cuidadoras.

Foto: Elisabeth Justicia

¿De dónde surge la idea de crear el personaje de Dominga?

La idea viene de la admiración hacia mi abuela y desde la frustración hacia las cosas que veo y que me parecen injustas.

Mi abuela siempre ha sido mi gran referente de vida. De ella he aprendido los valores, principios y prioridades vitales que tengo a día de hoy. Y eso, a su vez, ha creado una forma de pensar y de exponer una opinión.

Del mismo modo, creo que es muy necesario mostrar todo lo que podemos aprender de las personas mayores, tratar de visibilizar sus logros y sus reivindicaciones y mostrar la valía de toda una generación que puede aportarnos muchísimo para seguir construyendo, aprovechando su experiencia, una sociedad que parece que a nosotros se nos va de las manos.

¿Por qué crees que la gente en redes sociales está conectando tanto con los mensajes sobre cuidados que comparte Dominga a través de Cuidopía?

Creo que son mensajes bastante universales y, el hecho de que te lo cuente un personaje como Dominga, una mujer mayor, con la que puede parecer que, a priori, no tienes mucho en común, te impacta más cuando su mensaje te llega y logras empatizar con ella. Ahí te das cuenta de que podéis ver la vida más igual de lo que pensabas. Te acerca a su generación y logras ver el mensaje desde la tuya. De esa forma jugamos con un verdadero significado de la empatía y puede comprenderse mucho mejor.

Dominga protagonizó la campaña ‘Un verano con Dominga’, que Cuidopía impulsó junto a Grandes Amigos para visibilizar la soledad no deseada que viven las personas mayores. ¿En qué te inspiraste para dar forma a los contenidos gráficos de ese proyecto?

El proyecto ‘Dominga habla sola’ también consiste en impartir talleres, charlas y diferentes actividades donde siempre está la escucha activa como protagonista. De esta forma es muy fácil conocer de primera mano aquello que piensan o sienten todas esas Domingas del mundo real. Por lo que muchas veces, para este tipo de contenido, solo tengo que echar un vistazo alrededor y poner un poco más de escucha atenta. Para mí, la realidad, es una fuente total de inspiración y estoy muy pendiente de ella.

Viñeta de Dominga

¿Crees que el humor puede ayudarnos a hablar y hacer visibles los aspectos más difíciles que, en ocasiones, implican los cuidados?

¡Sin duda! Creo firmemente en el poder del humor como salvavidas y creo que es muy sano usarlo ante cualquier acontecimiento, realidad o dificultad que tengamos que afrontar. El humor nos permite sacar aquello que sentimos y que, muchas veces, se nos hace un “nudo”. De esta forma, lo verbalizamos y aliviamos y conseguimos relativizar. Y creo que conseguir mirar con perspectiva cualquier tipo de dificultad, hace que todo sea más llevadero. Porque... ¡al fin y al cabo no nos queda otra que seguir!

¿Cómo ayuda un personaje como Dominga a luchar contra el edadismo y a reivindicar la importancia de las personas cuidadoras en nuestra sociedad?

Creo que lo consigue mostrando la realidad que vive y sufre desde esa ironía y humor que le caracteriza. Es una forma de decirnos, cuando hablamos de edadismo, por ejemplo: “¿ves esto de aquí?, ¿no te parece que es demasiado absurdo este prejuicio?”. O, por otro lado, también nos hace ver esa importancia hacia los cuidados usando, en cierto modo, la misma táctica: “¿en serio crees que hay algo más importante que cuidarnos?”. Y, al final, es como que nos hace “quedar mal” con ella. Y es como quedar mal ante tu abuela, a la que quizá muchas veces has sentido que no quieres decepcionar.

¿En qué otros proyectos sociales o relacionados con los cuidados participas poniendo en práctica tu formación profesional en diseño e integración social?

Estoy participando en varias campañas contra la soledad no deseada junto a Fundación la Caixa, el Ayuntamiento de Granada y diferentes entidades donde imparto talleres; contra el edadismo, como imagen de la campaña de Fundación Colisée; en programas para conseguir una nueva visión ante el envejecimiento, con el Ayuntamiento de Barcelona, Ayuntamiento de Gavà, Ayuntamiento de Molins de Rei, Diputación de Segovia, Diputación de Valladolid..., y diferentes actividades donde Dominga es la protagonista y expone mucho mejor que yo toda esta realidad llena de prejuicios e injusticias que sufren las personas mayores y las personas cuidadoras.

Escultura Dominga
Escultura de Dominga en el parque de la Dehesa (Soria). Foto: Elisabeth Justicia

¿Cuál crees que es el reto de nuestra sociedad en relación con los cuidados y qué aporta un programa social como Cuidopía para enfrentarlo?

Para mí el gran reto sería, como ya dice Dominga en una de sus viñetas, que una persona que cuida personas no gane menos que una persona que cuida un parking.

El perfil de las personas cuidadoras no está valorado lo que debería y ¡qué injusto! ¡Porque somos lo más importante, por encima de bienes materiales, de logros profesionales, del dinero y del poder! Si no estamos nosotros, no vale de nada todo eso que, muchas veces, consideramos lo más importante.

Y aquí creo que Cuidopía tiene un papel fundamental en cuanto al proyecto que desempeña poniendo en valor el poder de los cuidados y su importancia y visibilizando que, al fin y al cabo, todo está salpicado de cuidados y que son esenciales.

¿Recuerdas alguna experiencia personal donde Dominga haya ayudado a visibilizar el valor de los cuidados? ¿Alguna persona a la que le haya ayudado en su experiencia de cuidados?

Viñeta Dominga

¡Síííí! Tengo muchas historias que me van contando todas esas Domingas en los talleres. Al final me doy cuenta de que, muchas veces, el hacer un abordaje gráfico con viñetas sobre diferentes temas, como el de los cuidados o el autocuidado, hace que se entienda mucho mejor la realidad por la que pasan muchas personas cuidadoras o cuidadas. Esto permite valorar mucho más el cuidado que reciben o el sentirse más valoradas por el cuidado que dan, y así me lo hacen saber muchas veces: personas mayores que se cuidan mutuamente, hijos que cuidan de padres, personas mayores que cuidan a otras personas mucho más mayores, la importancia del autocuidado, etc.

Y es que, el día a día, ¡está lleno de cuidados de todo tipo! Cuidamos del otro cuando empatizamos, cuando llamamos, cuando estamos pendientes de qué tal ha salido un examen, cuando luchamos por nuestros derechos pensando en la siguiente generación más que en la nuestra, cuando queremos un mundo más amable o una vejez más valorada... Porque todos queremos sentirnos cuidados y, para ello, también debemos cuidar de quien está a nuestro lado. ¡Los cuidados nos salpican!

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