Blanca

"Es como si nos hubiésemos conocido de antes". Blanca, 93 años

Blanca acaba de cumplir 93 años. Hace varios años que murió su marido y ella sigue viviendo en la última casa que compartieron en Madrid. Hasta hace un año seguía saliendo a diario a la calle y paseaba por el barrio, pero una caída ha hecho que de momento su casa sea su refugio. Y ha sido allí, en su propia casa, donde ha conocido a la que se ha convertido en una ‘Gran Amiga’ para ella. A Marta y a Blanca les separan varias décadas, pero les une la vida que comparten en cada encuentro. “Es como si nos hubiésemos conocido de antes”, comenta Blanca sobre la relación que han establecido. Marta conoció a través de su trabajo como empleada en Janssen el voluntariado de acompañamiento de la Fundación Grandes Amigos que apoya desde hace unos meses el programa Cuidopía. Desde entonces, Marta visita a Blanca semanalmente en su casa.

POstal Capítulo 1

Yo estoy acostumbrada también a estar sola. Pero si tengo visitas, pues mucho mejor”. El salón de la casa de Blanca está repleto de fotos familiares y relojes. Las imágenes de tiempos pasados y el constante tic tac de los péndulos de mesa y pared que van sonando, marcan imparable el paso del tiempo. Suenan con fuerza las campanadas de las horas en punto y las señales más breves pero rotundas de los cuartos y las medias. Los relojes avisan a Blanca de la hora de comer, de irse a dormir y, también, de la llegada de una visita semanal muy esperada: la de su amiga Marta. Suena el timbre y Blanca recorre con cautela el pasillo hasta la puerta de casa para recibirla. Se saludan cariñosas y con una gran sonrisa. Por delante, dos horas juntas para conversar, merendar, reír y compartir.

Como Blanca, más de 2 millones de personas mayores de 65 años viven solas en España; la gran mayoría son mujeres. La soledad no deseada afecta a un 13,4% de la población en nuestro país, siendo los jóvenes y las personas mayores quienes más la padecen. Las causas de una situación de soledad no deseada pueden derivarse de factores individuales, culturales y sociales. La edad, la pérdida de un ser querido, una separación, el empeoramiento del estado de salud o un bajo nivel de renta pueden favorecer que se produzca una situación de soledad no deseada.

tenido de la ‘Guía práctica para detectar y prevenir la soledad de las personas mayores’
Foto: Contenido de la ‘Guía práctica para detectar y prevenir la soledad de las personas mayores’ elaborada por Fundación Grandes Amigos. Puedes acceder a ella en www.cuidopia.es/cuidados

Voluntariado y compañía contra la soledad no deseada

Blanca
Blanca, 93 años. Foto: Cuidopía

Blanca nació en un pueblo asturiano hace ya 93 años, pero ha pasado la mayor parte de su vida en la capital madrileña. Llegó con tan solo 18 años a vivir con una tía suya y allí conoció a Luis, que sería su marido y compañero de vida durante siete décadas. No tuvieron hijos, pero vivieron siempre cerca del hermano de Luis y de sus sobrinos en un popular barrio del extrarradio de la ciudad. Allí Blanca hizo grandes amistades entre sus vecinas. Algunas siguen visitándola y llamándola por teléfono para saber como está. “Mari Carmen viene a verme alguna vez. Fuimos vecinas mucho tiempo, estuve allí 40 años”. Blanca y su marido se mudaron después de la jubilación a una nueva casa en otro barrio. Sus sobrinos, a quienes habían visto crecer y que siempre estuvieron cerca, también dejaron el barrio de toda la vida para trasladarse a otra localidad más cerca de sus hijos y nietos.

Blanca perdió a su marido hace algunos años y, aunque seguía manteniendo cierta independencia y salía de casa a diario, una caída en la calle hace unos meses cambió su situación. Fue entonces cuando el personal de servicios sociales que la atiende habitualmente, a raíz de este incidente y teniendo en cuenta la edad y el entorno socio familiar cercano con el que cuenta, identificó el riesgo de una posible situación de soledad no deseada, que puede afectar no solo al bienestar psicológico de las personas mayores como ella, sino que también se asocia con frecuencia a una peor calidad de vida y a un empeoramiento de la salud física y mental. Le hablaron a Blanca en ese momento de la Fundación Grandes Amigos, con quien Cuidopía ha establecido una colaboración a lo largo de un año para fomentar el programa de voluntariado de acompañamiento a personas mayores que viven solas. Le propusieron la posibilidad de participar y recibir la visita de una persona todas las semanas, a Blanca le gustó la idea y aceptó.

Marta
Marta, voluntaria de Fundación Grandes Amigos. Foto: Cuidopía

En esa misma época, Marta descubrió en su trabajo a través de una comunicación sobre Cuidopía, el programa de Acción Social de Johnson & Johnson y Janssen España, esta iniciativa de voluntariado y cuidados con personas mayores y se planteó formar parte. “Siempre he tenido presente que quería retomar de alguna manera una especie de voluntariado con personas mayores porque creo que son especialmente vulnerables. Creo que, muchas veces, la sociedad se olvida de ellos.”

Marta y Blanca: el comienzo de una gran amistad

Nos presentó María, de Grandes Amigos, que vino conmigo el primer día. Estuvo con nosotras al principio y luego ya nos dejó a solas. Desde el comienzo hubo conversación. Como no nos conocíamos… o a lo mejor por eso, como no nos conocíamos, pues teníamos todo por contarnos”. Marta recuerda ese primer día con Blanca con una gran sonrisa. Para ellas todo encajó bien desde el principio. No es casualidad. Antes de ese encuentro hay un trabajo previo que realiza la Fundación Grandes Amigos recogiendo información sobre la persona mayor en riesgo de soledad y de la persona voluntaria. Es importante conocer las inquietudes, necesidades e historia de vida de las personas mayores y del voluntariado. “El objetivo es crear un vínculo de calidad y duradero”, comparte José Ángel Palacios, coordinador de Comunicación de la Fundación Grandes Amigos.

Lo que me gusta menos es hablar yo, me gusta mucho escuchar”, dice Blanca. “Pero tú también me cuentas mucho”, añade Marta. “También, también. ¡Uy!, hablé mucho los primeros días. Me lo notaba yo, que digo, pero si no callo. Oye, qué cosa…”. Las dos se ríen juntas y la conversación continúa. Blanca sentada en un sillón bajo la ventana del salón y Marta a su lado en el sofá, la tarde avanza y la charla se anima. Hablan de cómo están sus familias, de las cosas que han hecho esa semana, cómo se encuentran, qué tal van los dolores de aquí y de allá, los planes del fin de semana. Recorren el pasado, comentan el presente e imaginan el futuro donde, en cuanto la salud de Blanca lo permita, darán juntas un paseo por el barrio.

Si Blanca habla de “la gallega”, Marta sabe ya que habla de la mujer de uno de sus sobrinos. Hay un ramo de flores que aún luce en el salón, regalo de cumpleaños que Marta le hizo a Blanca hace unos días. Y esa tarde, Marta se irá a casa con un regalo especial que Blanca le ha preparado expresamente para ella. Ha cocinado casadielles, un dulce tradicional de su tierra asturiana. “Todavía ha quedado algo más de masa en la nevera”, dice Blanca mientras extiende un mantelito en la mesa del salón para colocar el plato con los dulces a modo de merienda compartida. “Las que sobren, te las llevas tú”.

“Cuando sé que viene Marta, me alegro. Y empezamos a hablar y a hablar, y no me doy cuenta de que tiene que irse.” Blanca, 93 años.

El verano: vacaciones, verbenas y riesgo de soledad

El verano ha comenzado y empiezan las conversaciones sobre vacaciones, destinos y viajes, pero para Blanca este período estival es exactamente igual que los demás, excepto por el calor. “Cuando estaba bien me iba a mi pueblo a Asturias, pero ya van tres años que no voy. Desde la pandemia no he vuelto”, cuenta Blanca. “Cuando vivía mi marido íbamos todos los años, a él aquello le encantaba, no le gustaba viajar a otros sitios. Pero un año lo invité a un viaje del IMSERSO. Lo que peleé yo por ir… y él todo el tiempo refunfuñando. Pero oye, una vez que estuvimos allí le gustó aquello y luego andaba buscando a ver si encontraba una casita por allí”, se ríe recordándolo.

Ahora Blanca pasa los veranos, como el resto del año, en su casa. Pero la gente se va de vacaciones, tiene menos visitas y puede que el teléfono suene algo menos de lo habitual. En este momento del año es especialmente importante tener en cuenta el cuidado y acompañamiento de las personas mayores. Sobre todo, para las que, como Blanca, viven solas o tienen problemas de movilidad. La Fundación Grandes Amigos pone en marcha por este motivo un programa de vacaciones donde en períodos que van desde 1 a 3 días organizan la salida de personas mayores a hoteles adaptados en la naturaleza cercanos a sus lugares de residencia para favorecer espacios de convivencia donde compartir y socializar con otras personas mayores y con el voluntariado de la Fundación. Esa ruptura con la rutina, el contacto con la naturaleza, poder estar en espacios con una temperatura más agradable y estar en compañía de otras personas, mejora el bienestar físico y emocional de quienes viven en riesgo de soledad no deseada.

Participantes del programa de vacaciones de Fundación Grandes Amigos en San Sebastián (Adinkide). Foto: Isaac Farré para Fundación Grandes Amigos.
Participantes del programa de vacaciones de Fundación Grandes Amigos en San Sebastián (Adinkide). Foto: Isaac Farré para Fundación Grandes Amigos.

La conversación sobre el verano entre Marta y Blanca continúa y descubren un nuevo punto en común: su afición por la música y el baile.

Me gustaba ir a los bailes y las fiestas de verano con las amigas y las vecinas. Íbamos y veníamos juntas andando. No me movía yo bien en los valses… a mi lo que me gustaba era el pasodoble”, explica Blanca.

A mí me encanta la música, soy muy melómana. En el coche, en casa, estoy siempre escuchando música. Este fin de semana me voy a un Festival. Y otra cosa que compartimos es bailar, me gusta mucho el baile”, comparte Marta.

Blanca y Marta han descubierto en estos meses que, a pesar de la diferencia de edad, tienen muchas cosas en común. Llevan tiempo planeando hacer juntas algo que Blanca dejó pendiente hace años cuando su marido falleció. Una tradición muy importante para ella que repitió cada año el mismo día y en el mismo lugar desde que se casó. Te contamos todo esto y mucho más, en el segundo capítulo de 'Un verano con Blanca y Marta'.

Hasta entonces, disfruta del verano y recuerda: cuida y acompaña a personas mayores también en verano. ¿Cómo? En “Un verano con Dominga” te ofrecemos algunas pistas de cómo lograrlo.

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La pasión de Guido y Juan por los cómic, los juegos de mesa y los videojuegos les predestinaba a una profunda relación, más allá de las urgencias de un hospital. Su primera novela gráfica, "El club de las batas blancas" fue un fenómeno en redes. Tras compartir primera línea de cuidados como médicos de urgencias en Madrid, firman la serie #Cuidopiso para Cuidopía.